sábado, junio 24, 2006

Me gusta
Me gusta abrir la puerta justo cuando alguién está a punto de llamar al timbre. La suavidad de las sábanas despues del baño. El olor de las iglesias. Una taza de porcelana fina para tomar café. La forma en que mi gato se rasca la cabeza contra la tapa del libro que leo. Empezar un cuaderno. Algunos nombres propios de los identificadores de llamadas telefónicos. Borrar algunos nombres propios de los identificadores de llamadas telefónicos. La distancia entre el ombligo y el comienzo del pantalón.
Me gusta la forma en que me saluda el bibliotecario manco. Tocar el piano a cuatro manos con alguien que me agrade El momento en que las manos se rozan un poco por culpa de la partitura. El gesto de sacar una moneda del fondo del bolsillo delantero de un pantalón vaquero. Un alto de camisas recien planchadas. Tachar los días en el calendario con un aspa. Coger un CD por el agujero. La palabra anacrusa. La palabra aneurisma. Los cuadros de Mark Rothko. Los cuadros del tío Esteban Vicente. Las dieciseis vocales francesas.
Me gusta un músico del metro que llama damitas a las señoras y sigue tocando después de haber recogido el dinero. Caminar a oscuras por el pasillo. El aceite de oliva frio que ponía mi abuela sobre mi piel achicharrada.
No me gusta
Los packs indivisibles de cuatro yogures. La gente que subraya con regla. Las páginas arrancadas de los libros de la biblioteca. El pitido del lector óptico de las tiendas. Los escrementos mojados en la acera. Una barra húmeda en el metro. La clónica amabilidad corporativa.
Los restos de crema amarillentos alrededor de la tapa de la crema hidratante. Las casas con muebles comprados en una sola tarde. Los libros forrados. El tipo de libro que suele leer la gente en el metro. Tener que adaptar el vestuario para una entrevista laboral. Las empresas que llaman socios a sus vendedores. Las empresas que llaman ejecutivos de cuentas a sus vendedores.Pelos en la esponja. El "tarjeta tiene" de las cajeras del Día. La voz que anuncia las paradas de metro. El gotear de una cisterna. El café tibio. Las cajeras que te dejan a deber un céntimo y no te lo perdonan cuando te falta. Los arreglos musicales de Luis Cobos. Los granos que no cicatrizan. Una gota de sudor que te cae en la cara al hacer el amor. Los ya te llamaré. Las peleas en la calle en el fin de semana. El olor de los cajones de las casas de playa alquiladas.Los hombres que se sientan con las piernas demasiado abiertas. Las partituras facilitadas.

3 comentarios:

phoedra dijo...

ay este fue como de Amelie.
cuando dice lo que le gusta y lo que no.
qué bonito! siempre había querido hacer uno, pero leer de alguien más es muy lindo.

Marga F. Rosende dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Lila Ortega dijo...

Ahora sin palabras y con las emociones arremolinadas en el pecho... ¿para cuando tu libro? me gustaría tenerte también el el papel porque me encanta leer en el metro, cosas buenas.