Cajón Desastre

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lunes, julio 24, 2006

Puerta dura

Chapter one, andanzas y desventuras de tres personajes en busca de restaurante.

Tengo un amigo que trabaja como crítico de locales nocturnos en una conocida guía internacional. Servidora se beneficia en ocasiones de esta faceta, acompañándole en diversas peripecias nocturnas por la jeta.
Mi amigo al que llamaré A., tiene un hijo. Un veinteañero de piernas más largas que un día sin pan y un aburrimiento estival de campeonato. Padre ejemplar como es, se lo trajo este sábado para irnos a cenar y luego de bureo a la inauguración de un local.
A. sabe cuales son los restaurantes más molones, y a uno de ellos dirigimos nuestros pasos.
Componíamos un grupo que, cuanto menos, se podría calificar de ecléctico. A saber: el efebo, de gracejo latino y colorido eslavo, exhibía una indumentaria cuyas piezas más destacadas eran sin duda el chaleco de viejo que llevaba sin camisa y los pantalones mil rayas, también de origen geriátrico y manchas orgánicas de dudoso origen. El pantalón, cuatro tallas más grande, conseguía mantenerse en algunos momentos por encima del calzoncillo gracias al cinturón de cuero en franco estado de descomposición. Para rematar, tocaba su cabeza con un pañuelo de pirata del que salía una melena hasta la cintura. Lo interesante del conjunto es que, increíblemente, no había intención ni coquetería alguna, sino que parecía concebido como para ocultar sus encantos a toda costa.
La menda, henchida de creatividad, daba vida a un vestido insípido mediante la oportuna aplicación de tres coloridas marionetas de punto a la altura de la clavícula. A. ponía el toque de cordura con una chaqueta impecable de Hedi Slimane como pude avistar en un descuido del interesado. Que tío.
Pues eso, que felices, contentos y con un estilismo del copón nos dirigimos a un restaurante con terraza totalmente escenoso. Al llegar, A. se dirige al maitre que nos pregunta con una sonrisa de oreja a oreja que si hemos reservado. Ante nuestra negativa, y sin que en ningún momento perdiéramos de vista su dentadura, nos comunica la imposibilidad de darnos mesa. Mientras articula estas palabras, echo un vistazo alrededor para constatar que, a la susodicha terraza, solo le faltaban estopas circulando al viento y música de western para estar más desierta.
Como a A., le sobra clase para no decir “No sabe usted con quien está hablando”, aunque me encomendé a Santa Rita para que así lo hiciera, dimos las gracias al maitre con atuendo Zen y un capullo en su interior y nos largamos.

Chapter two , incidencia final, moraleja y desenlace

Tras cenar en un sitio más democrático, nos acercamos al local en el cual A. tenía que recoger materiales escenográficos y humanos para elaborar su crítica. Allí estuvimos los tres, y la que suscribe pudo compartir pez crudo con el sector menos pedorro de las celebrities.
Entre coctel y coctel A. y yo constatamos que todo el mundo miraba a nuestro teenager, sin duda el más chido del party. Las chavalillas lentejueleadas, aterciopeladas y totalmente gaseadas se lo comen visualmente y disputan sus favores. En un momento determinado llega a nuestros oídos que todos se preguntan quien es ese pololo tan guapo y estiloso. A última hora de la noche el pablic rileisions nos comenta divertido que se especula incluso acerca de la posibilidad de que sea un famosísimo diseñador, un cachorrito de John Galiano, que pasa unos días en Madrid. Todos quieren conocerle y fotografiarse con él.

Ay amigos, el poder del contexto, que todo lo cambia. Una vez dentro, uno hace lo que quiera. Sólo hay que atravesar la puerta.

Amigos y visitantes primerizos, maitres o disfrazados, pronunciaros, expresaros. Gracias.

18 comentarios:

LpnarGaming dijo...

El tema está en captar la atención. Estoy seguro que en un concierto de Alejandro Sanz hay chicos mucho más guapos y majos que el cantante en el público, pero claro, las chicas miran al que está en el escenario.

El efebo que comentas no creo que fuese un adonis, pero iba diferente y probablemente seguro de sí mismo, ingredientes básicos para que los demás te miren.

Te remito a un post mío: Su atención, por favor

Marga F. Rosende dijo...

Yorchus: merci por "Su atencion, pf". Es muy agradable para mi que leas tan pronto mis cosas.
El tema es que una vez dentro del sistema, sea como sea que has entrado, puedes reventar los códigos o las convenciones, pero no desde fuera. Una canallada. Lo que es un inconveniente cuando estas fuera, te favorece e incluso ayuda cuando estás dentro. Uf.

Eulalia dijo...

¿Que significa "chido"?
Todo lo demás lo he entendido, ya lo veo por la tele.

Marga F. Rosende dijo...

Eulalia:
Chido: (Méjico) chulo, guapo.
Pololo: (Chile)chico,(?), novio, ligue.
Escenoso: (Méjico) glamuroso, guay

Estoy modificando mi estilo anglo-esnob por un toque más latino. Te encontrarás escasos términos sudamericanos en periodicos, programas...curioso no? Los textos cuajados de terminajos en inglés que decimos con naturalidad, y ni un puñetero "lindo", "laburo", o "tina" o "mamadera". Indica algo no?

Lila Ortega dijo...

Me recuerda el viejo cuento del traje del emperador, ese que va desnudo timado por unos picaros brillantes... Pues bien este es el traje del emperador al revés. El snobismo o la estrechéz que nos regulan o reculan...la verdad lo cierto es que en el castizo Madrid hay de todo y eso a pesar del enfado que me despierta el gili del mairtre zen es una maravilla. Me explico: la ciudad parece un zoco de cuento en el que encuentras princesas, dragones, magos, y uno que otro dinosaurio, de esos que van a desaparecer.

Marga F. Rosende dijo...

Si el atuendo que llevaba el efebo lo pusieran en el escaparate de Prada con las manchas y todo, la gente pagaría una pasta por él. Efectivamente , tal como dices, nuestra querida ciudad es un maravilloso mix de princesas, dragones y dinosaurios,lleno de aventuras, también hay cancerberos miopes y féminas deslumbradas.
Un beso, luego me voy a tomar el aperitivo a tu gueb.

Diego dijo...

Me encantan los post con moraleja. Y este es uno de "castigat ridendo mores" Personalmente no me veo capaz de usar el atuendo que describes del efebo, ni siquiera por prescripción facultativa ni premio de huries, por dos motivos fundamentales:

a) Me asomarían las chichas por el chaleco. Y eso, ni aunque lo bendiga San Galiano, tiene perdón de Dios. Uno y sus carnes sólo pueden acogerse a las bendiciones de GianFranco Ferré, gordito donde os haya y ejemplo de que existe elegancia más allá de los kilos.

b) No me sale el look "desdén y que te den". Y ni siquiera estoy dispuesto a intentarlo.

Toxcatl dijo...

¿ves como era mejor lo de la fiesta??

Y es que de trolls estamos infestaítos jamía

Marga F. Rosende dijo...

Sr. D, con semejante post, me deja usted muda, !Que cultura fashionista!, !Que elevados niveles de autoconciencia corporal et alter! . Aunque le corrijo, se le saldrían las CHICAS, que no las chichas por el chaleco. Que alegría verle por aquí aportando galanura y donosura por doquier. Por cierto, que superguay que haya usted vuelto a escribir.
Besos

Marga F. Rosende dijo...

Toxcatl, babe, el tema de los trolls me temo hará su irrupción domani per la matina...
Besitos

Bito dijo...

Hummmm, va a ser que nos vamos haciendo mayor, y que lo que el efebo muestra es lo que las muchachas y las tendencias piden. Eso, o que por las altas esferas esas se codicia lo raro... vaya usted a saber.

Hacker Ético dijo...

Según la Teoría de la Información, información es aquello que destaca entre el inmenso océano de los ecos. El efebo destaca, por tanto interesa.
Este es un rollo que suelto siempre. Sin embargo, esta no es la verdad. La verdad es que el chico no es información, sino que es rebelde way, y eso las pone.

phoedra dijo...

jajaja caray, no me imagino a aquel muchacho insignificante, ahí ser toda una celebridad.
me encanta que ocupes esas palabras que nosotros usamos también, se ven genial en tus posts todos fashion ; )

Hans dijo...

Recuérdeme, dilecta Marga, que cuente un día lo de mi entrada a cierto garito rocker (auténtico, todos ellos con tupé, cazadora Perfecto, botas de tacón cubano, y todas ellas con falda de vuelo y peinado 1952.
El smoking que vestía yo aquella noche me sentaba -para qué negarlo- bastante bien.
Púdose sin embargo cortar el aire con cuchillo mientras de fondo sonaba el Summertime Blues de Eddie Cochran, te lo aseguro.
Al final, todo es cuestión de convicción. Acabamos bebiendo bourbon con ellos, claro.

Marga F. Rosende dijo...

Hans, pagaría por haberte visto por un agujerito...con el smoking digo, incluso sin el combo de rockeros....

Roxi dijo...

Hola Marga!
¿qué es "molones"?
No cacho el término.
Buen relato, bien diverso el grupo, qué mejor que la diversidad. En el primer local no los aceptaron por la pinta?
¿Onda discriminados?
Y después causaron sensación ...
que loco, todo depende donde uno ande, ¿cuál es la llave?
Bueno, me perdí pocos días, pero me perdí un montón de entradas !!!
Ahí iré leyendo y comentando.
Un abrazo

Marga F. Rosende dijo...

ROXI: "molón" es chulo, algo que está bien , Cool, pero dicho en jerga de barrio.
Un besito

Hans dijo...

Una de las más lamentables consecuencias de la chusmización general del Universo es que se ha perdido la costumbre de las fiestas de noche en general y del uso del smoking en particular.
No se me malentienda, no me refiero al aspecto teóricamente elitista del asunto: lo realmente importante es el aspecto estético. Téngase en cuenta que un gañán de esos que frecuenta la noche de cualquier ciudad o villorrio patrio, ataviado con zapatillas de balocesto preparadas para Pau Gasol, unos vaqueros de marca destrozados en fábrica a posta y una camiseta nauseabundous style (marca "De Puta Madre", y no es coña), por ejemplo, con unos gayumbos de tira superior vista Calvin Klein puede haberse gastado más que lo que cuesta un smoking digno, una camisa cuello ópera, y los complementos adecuados.
El coste de un corte de pelo adecuado y uno inadecuado es exactamente el mismo.
La cosa podría analizarse también desde el punto de vista femenino, claro, pero no me compete.
En fin, puede que esté pasado de moda, pero tengo muy claro qué es estéticamente mejor.